Mensaje del Superior General al Papa
Buenos días, Santo Padre. Estamos encantados de que nos reciba esta mañana en un espíritu de fraternidad y alegría como nuestro pastor que camina con nosotros y conoce el olor de su rebaño. Hemos sido especialmente bendecidos con la presencia del Espíritu Santo estas últimas tres semanas: Hermanos y Colaboradores Lasalianos, capitulares y personal de apoyo reunidos para el 46.º Capítulo General de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.
Teníamos previsto celebrar nuestro Capítulo hace un año y en un lugar más cercano a las periferias, donde pudiéramos escuchar mejor el sufrimiento del mundo y abrazar el dolor especialmente de los jóvenes pobres. Aunque la pandemia en curso ha alterado nuestros planes, estamos decididos a caminar junto a todas las comunidades que comparten nuestro carisma lasaliano. Nos comprometemos a ponernos radicalmente a disposición para construir nuevos caminos para realizar el sueño de Dios de un mundo más fraterno aquí y ahora.
A título personal, todavía sigo profundamente conmovido al recordar la fuerza de su presencia en Filipinas cuando visitó a los supervivientes del tifón Haiyan en enero de 2015. A pesar de las inclemencias del tiempo, usted se animó a viajar a Tacloban, donde llevaba un delgado poncho para la lluvia sobre su vestimenta papal. Usted quedó empapado por la fuerte lluvia, pero también con las lágrimas que fluyeron libremente. Aun así, el espíritu intacto de mi pueblo resonó con el entrañable saludo, esta vez con lágrimas de alegría: «¡Viva, Lolo Kiko!»
La Familia Lasaliana se une hoy a usted llena de la misma audacia al dejar la comodidad de los puertos seguros. Profundamente movidos por el ejemplo de san Juan Bautista de La Salle, superamos nuestros miedos para poder encontrarnos con Dios entre los pobres y alejados de la salvación. Siguiendo su aliento, caminamos en sinodalidad con la Iglesia, el resto de la humanidad y la creación entera hacia ese lugar donde somos Fratelli Tutti.
Les agradecemos su iniciativa sobre el Pacto Educativo Global, ya que está en el corazón de lo que somos como educadores lasalianos y nos ofrece una vía para colaborar con usted y con la aldea global para abordar la crisis de la educación. En esta feliz ocasión, nos complace presentarles una nueva biografía de nuestro Fundador que arroja nueva luz sobre su legado como «Patrón de todos los maestros», atraído por la contemplación pero que eligió dejar su huella en el ministerio activo como educador, catequista y evangelizador. Rece con nosotros y por nosotros para que la Familia Lasaliana redescubramos nuestra interioridad y el legado de nuestro Fundador como místico en la acción.
Su Santidad: gracias de nuevo por recibirnos. El Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas está a su disposición porque somos fratelli tutti. –
Hno. Armin A. Luistro FSC